Aunque los antropólogos de Europa y
Norteamérica realizan investigaciones acerca del racismo centrándose en el
origen y en el transcurrir histórico de este concepto que transforma el
imaginario de nuestra sociedades, focalizándose en períodos y etapa de la
historia colonial, el uso de este concepto sigue vigente especialmente en
sociedades como la colombiana, cuya población no étnica tiene una preferencia
por evocar al amerindio que ya no existe en nuestro contexto (al indio
prehispánico), imagen que ha idealizado al indígena contemporáneo y que si
bien, puede constituir una acción positiva para estas colectividades, no
permite reflexionar acerca de los efectos que ha tenido el racismo y en la
discriminación en la realidad actual de pueblos que se encuentran en riesgo de
extinción física y cultural.
En este debate, es importante hacer
mención a la investigación que recientemente hiciera el antropólogo físico estadounidense
Robert Wald Sussman, profesor e investigador de la Universidad de Washington, quien
publicar su libro titulado "The Myth
of Race: The Troubling Persistence of an Unscientific Idea" (en
español: “El mito de la raza: la inquietante persistencia de una idea no
científica"), investigación donde
plantea que la raza, además de ser un concepto de construcción social y
por lo tanto, no posee rigor científico alguno, reitera que en ningún momento la
Biología ha demostrado que existen realmente razas entre la especie humana y que "básicamente,
los humanos son justamente lo que son: humanos".
Uno de los grandes aportes de esta
investigación se centra en señalar como la religión a la cual cataloga como
"una pseudociencia", a lo largo de los siglos ha impulsado entre las
sociedades dominantes o colonizadoras de cada época, un conjunto de prejuicios
y de discriminaciones hacia sociedades como las amerindias y otros pueblos
originales. Hace referencia especialmente al período en la que se llevó a cabo
la denominada Inquisición Española, en la que según Wald Sussman, se promovió ampliamente
políticas racistas, de eugenesia y de antimigración.
Básicamente Wald Sussman señala que con la
Inquisición Española, el concepto de raza permitió separar a la gente en las categorías
rivales de "nosotros", a la cual se le contraponía la de "ellos”,
categorías que ante todo constituyeron lo que puede denominarse como verdaderas
herramientas económicas, pues sirvieron para controlar, dominar e invisibilidad
a los pueblos y sociedades originarias; imaginario que se prorrogaría por
muchos siglos, y que en el caso Colombiano, es más que evidente en la
actualidad, cuando en regiones como la Orinoquía colombiana, los colonos de la
región, manifiestan y remarcan continuamente en sus discursos y diálogos con la
institucionalidad que atiende a los diversos grupos étnicos, la diferencia entre
“nosotros” y “ellos”: “mientras nosotros pagamos impuestos y obedecemos las
normas y legislación establecida por el Gobierno nacional, departamental y
municipal, ellos, reciben los beneficios y programas de las instituciones, pese
a que forman desorden y desacatan la autoridad” (aparte de conversación sostenida
con mujer que vive actualmente en el casco de Mapiripán, refiriéndose a sus
vecinos indígenas Sikuaní y Jiw, 2014).
Aunque no podríamos dar cuenta de la
relación Inquisición Española y efectos en el imaginario de las sociedades y
generaciones ulteriores en relación con la validez y aceptación del concepto,
porque sencillamente la Inquisición Español no tuvo el impacto que sí tuvieron
en las colonias de México (Nueva España) y el Perú, si es importante acoger una
idea que plantea Wald Sussman, quien señala que a partir de dicha empresa de
control religioso, cultural y social, quedó en el ambiente esta concepción,
sustentada incluso en los planteamientos bíblicos, que posteriormente tanto eclesiásticos
católicos como pastores y misioneros evangélicos, utilizarían para recalcar la diferencia: hacer referencia al origen monogenético o poligenético de la
humanidad, teorías que refieren por un lado a la idea de que todos los seres
humanos fueron creados por un solo Dios, ha excepción de la gente que habitaban
las tierras alejadas de Europa, en las cuales vivían personas concebidas como sociedades
degeneradas que requerían ser beneficiadas y educadas (teoría monogenética), en
tanto que de otro lado, la teoría poligenética cree que la gente fuera del Oeste
Europeo fue creada por Dios, mucho antes de que creara a Adán, situación que
los hacía algo así como subhumanos.
Independiente de la vigencia y
reconocimiento de dichas ideas en el escenario político y social de nuestro
país, lo que sí es importante subrayar – insisto -, es en el arraigo de las ideas
de estar tratando con “sociedades degeneradas” o “subhumanos”, ya que estas representaciones quedaron en el imaginario de
muchas personas, quienes recurren al uso del discurso racial especialmente
cuando se trata de gimotear acerca del por qué nuestras grupos étnicos reciben la
ayuda y la consideración que antes no se le prestaba. No obstante hay que
reconocer que haber dejado de reflexionar acerca de este concepto, también ha permitido que las representaciones
de estas colectividades, asuman posiciones un tanto beligerantes con las
sociedades e incluso con quienes defienden el desarrollo de diálogos interculturales,
señalando que cualquier negación de sus actuales requerimientos, implica que se
asume una supuesta actitud racista, volviendo a hacer hincapié en la disociación
del “nosotros” y el “ellos”.
Vale la pena que al interior de las
instituciones encargadas de direccionar la política pública del país en
relación a los grupos étnicos existentes, los funcionarios se enteren y tomen
conciencia acerca de este concepto, razón por la cual no les vendría mal
consultar un libro como el escrito por el antropólogo Wald Sussman, ya que si
bien el autor le trata de dar continuidad a la tan afamada “Leyenda Negra” que
rondó a la empresa colonial, religiosa, económica y cultural española, es
importante identificar las raíces del concepto y la manera como a través de la
religión este concepto se ha hecho casi habitual en su uso, como mecanismo de
subvalorar al otro.
PARA SABER MÁS...
EUGENESIA: filosofía social que defiende la
mejora de los rasgos físicos e intelectuales hereditarios entre los humanos,
mediante diversos formas de intervención manipulada y métodos selectivos
El eugenismo pretendería el aumento de
personas más fuertes, sanas, inteligentes o
de determinada etnia o grupo social para lo que se promueve directa o
indirectamente la no procreación de aquellos que no poseen esas cualidades
llegando a considerar su aplicación como una ventaja en el ahorro de recursos económicos.
Es importante anotar que entre los métodos del eugenismo más recurrentes en el
siglo XIX y XX se incluían desde la esterilización forzada hasta el genocidio,
método este último ejemplificado en nuestro territorio con la desaparición
física de muchos pueblos indígenas como los que aconteció con las “Guahibiadas”
en Orinoquía y el proceso cauchero en la Amazonía.
Autoría de Marimuteka Amejiminaa (Carmensusana Tapia Morales)
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